Aunque no te maquilles, es necesario limpiar la piel a diario para eliminar los restos de crema hidratante, el polvo y la contaminación de la calle que ensucia y obstruye los poros del rostro.

¿Qué es una limpieza facial profesional?

Aunque limpiemos nuestra piel todos los días, siempre quedan restos que exigen un tratamiento más profundo. La limpieza facial profesional completa nuestros pequeños rituales de limpieza cotidianos, el objetivo es limpiar en profundidad células muertas y feas espinillas así como tonificar los músculos de la cara gracias a los masajes.

¿Cuáles son las ventajas de la limpieza facial?

Una vez terminada la limpieza facial, la piel está preparada para aprovechar al máximo las propiedades de los cosméticos que usamos a diario. Con la limpieza facial, la piel del rostro se hidrata, se eliminan toxinas, se reduce el acné (menos poros obstruidos) y se relaja y mejora la circulación de la cara, ganando en tersura y elasticidad.

¿En qué consiste una limpieza facial profesional?

Una limpieza facial puede durar entre 50 y 90 minutos. La limpieza facial básica tiene tres partes distintas: limpieza propiamente dicha, masaje tonificante y nutrición.

Limpieza facial: se aplican distintos productos que limpian la parte superficial de la cara. A continuación se abren los poros utilizando vapor para drenar las impurezas gracias a productos especiales. Cada tipo de piel (seca, grasa o mixta) necesitará un producto distinto.

Masaje: en este punto es importante cerrar los poros y descongestionar la piel después del drenaje. Se aplican productos en gel o crema y se da un masaje relajante y tonificante.

Nutrición: la piel ya está lista para aprovechar al máximo los nutrientes y vitaminas de las mascarillas u otros tratamientos que vengan a continuación.

La limpieza facial básica puede completarse con peelings, ácidos y otros tratamientos más intensivos que no suelen ir incluidos en el paquete básico. Recomiendo que te realices una limpieza facial cada mes.