El peeling químico es un tratamiento indicado para mejorar la apariencia de la piel; consiste en la aplicación de productos químicos para exfoliar y desprender las células viejas y dañadas, las cuales son reemplazadas por nueva piel regenerada, lisa y suave, con menos manchas y arrugas. 

Los peelings pueden ser superficiales, medios o profundos, y existen diferentes ácidos según la patología que se desea tratar. Dependiendo del tipo de piel, y para aumentar la efectividad del peeling, en ocasiones se realiza previamente una microdermoabrasión con punta de diamantes. Es fundamental el uso de pantalla solar total durante toda la duración del tratamiento.

Beneficios: mejora la apariencia de las manchas, arrugas finas, poros dilatados, cicatrices, estrías y el aspecto mate u opaco de la piel.

Debe tenerse en cuenta que, al finalizar la sesión, el paciente se retira con la piel eritematosa (ligeramente colorada, similar a la exposición solar) y, luego de algunas horas, comenzará a percibir la descamación celular. Cuando por cuestiones sociales no se desea tener la piel eritematosa o descamada, se indican peelings superficiales o se elige otro procedimiento como la microdermoabrasión. 

Frecuencia recomendada: cada quince o veinte días, realizándose un promedio de cinco sesiones.

Observaciones: aquellas personas que padecen herpes perioral a repetición (ampollitas que aparecen alrededor de la boca causadas por un virus) deben recibir ciertos comprimidos antes del peeling. Los pacientes que toman isotretinoína (medicamento para combatir el acné) deben esperar seis meses luego de suspender el medicamento antes de realizarse cualquier peeling.